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Legalidad básica para emprendedores

En el idealismo entrepreneur oirás a menudo:

«Para triunfar con una start-up solo vas a necesitar una buena idea y creer en ella»

La realidad, si vas a emprender en España, es que dedicarás mucho tiempo a la burocracia y al papeleo.

Así que el paso fundamental para lanzarse a emprender es dominar la burocracia y dos cositas más:

La burocracia

Cuando vayamos a iniciar una actividad debemos avisar a las administraciones públicas.

¿Por qué?

Porque, tal como te contamos, es una de las cosas que pueden salir mal: las administraciones públicas tienen potestad sancionadora, por lo que, si queremos ahorrarnos dolores de cabeza, deberemos cumplir nuestras obligaciones básicas.

Hacienda

Censo.

Antes que nada deberás darte de alta en el Censo de Empresarios, Profesionales y Retenedores.

¿Cómo? Presentando el modelo 036 o  su versión simplificada  037 si cumples los requisitos.

Trimestrales

Una vez dado de alta tendrás que presentar los trimestres obligatorios: IVA e IRPF son los básicos.

Se deben presentar aunque la factura sea 0.

¿Cómo?

Mediante los modelos 130 (IRPF) y el 303 (IVA) revisa nuestra guía completa de fiscalidad

Anuales

El resumen anual del IVA (modelo 390) se presenta con el último trimestre el año y el IRPF es la campaña de la renta de las personas físicas (mediante modelo 100)

Seguridad social

El 99% de los emprendedores son freelance, que es una palabra bonita para autónomo.

Solo hay dos formas de trabajar: contratado (cuenta ajena) o como autónomo (cuenta propia).

Incluso si constituyes una empresa, tienes que ser tú, persona humana, autónomo.

Aquí sí importa la facturación, porque tienes que pagar la cuota que te corresponde mes a mes.

Bonificaciones: si es tu primera vez como autónomo puedes acogerte a la cuota reducida.

Un truco: la seguridad social permite, sin riesgo de reclamaciones, que tramites hasta 3 altas al año. Puedes estar de baja en los periodos de inactividad y darte de alta cuando realizas de forma habitual, personal y directa la actividad económica.

Este truco tiene sentido al principio de todo, una vez has despegado mejor cumplir con nuestras obligaciones.

  • La pregunta habitual

Habrás leído en muchos sitios que si tú facturación anual no supera el salario mínimo interprofesional equivalente (SMI x 12), puedes justificar no darte de alta.

Esto se debe a que la ley es un poco ambigua respecto al alta porque el criterio para darse de alta es la «habitualidad», no depende de tus ingresos sino de que pases muchos días haciendo una actividad con carácter lucrativo (que quieres ganar dinero) o tengas local abierto al público o tienda online.

Así que si no cumples los requisitos (habitualidad y ánimo de lucro) podrías no darte de alta en la seguridad social.

Si la seguridad social no está de acuerdo con tu decisión tendríamos que entrar en un proceso ante la administración para discutir si el alta es obligatorio en tu caso.

¿Vale la pena? Tendríamos que verlo caso por caso, pero si el tuyo tiene posibilidades mejor lucharlo y hacer valer tus derechos.

Las dos cositas

La responsabilidad

Ser emprendedor quiere decir que eres responsable, es la única forma en la que tu proyecto salga bien.

Por responsable nos referimos a:

  • Que cumplas tus funciones lo mejor posible.
  • Que, si algo saliera mal, te haces cargo de remediarlo.
  • Que cumplas con la legalidad vigente.
  • Que si te comprometes a hacer algo, lo hagas.

Suena obvio y muy lógico, lo sabemos, pero a veces nos puede la ilusión y empezamos a hacer de todo y perdemos de vista estos cuatro puntos esenciales.

Ahora eres un capitán de proyecto, te lanzarás a mares emocionantes, mejor tenerlo todo en cuenta a la hora de navegar.

Los contratos

Si quieres alcanzar el nivel de emprendedor legendario tienes que dominar los contratos.

Los contratos son acuerdos de voluntades, donde las partes se comprometen a dar, hacer o no hacer.

Los contratos son la maravilla del emprendedor porque además de establecer lo que tenemos que hacer en una relación, podemos especificar varios escenarios (el mejor, el medio, el peor) y prever qué vamos a hacer en cada uno de ellos, establecer cuándo se acaba el contrato, en qué forma se acaba, qué consecuencias tiene que se acabe o que no se cumpla con el contrato.

Y el contrato será el mejor amigo del emprendedor cuando sepa que está firmando efectivamente.

Si es tu primera vez con los contratos, pásate por nuestra sección de contratología donde tenemos un buen compendio y te explicamos más sobre estos acuerdos.