Lo primero que tienes que saber es que una sociedad limitada es una organización autónoma y distinta a los socios que la crearon para alcanzar un fin.
Es lo que llamamos «una persona jurídica»; las personas jurídicas tienen capacidad de tener bienes, obligaciones y de ejercitar acciones legales conforme a las leyes y a sus estatutos.
La sociedad limitada tendrá su propio nombre (denominación social) para actuar en el mercado, tendrá nacionalidad y domicilio, cuando esté plenamente constituido tendrá personalidad jurídica y plena autonomía para actuar el tráfico económico.
Lo más interesante para el emprendedor es que la sociedad limitada tiene capacidad de tener bienes separados de los socios, por lo tanto, será la empresa con sus bienes la que se hará cargo de sus responsabilidades.
Explicado con un ejemplo: en caso de deudas la empresa se hará cargo y los socios no verán afectados sus patrimonios.
Mediante las personas jurídicas controlamos el riesgo empresarial.
Para que sepas cómo controlar el riesgo empresarial nada mejor que otro ejemplo:
Una empresa que se dedica a la fabricación de piezas de acero decide diversificar su negocio e invierte en ladrillo.
Esta operación puede salir o muy bien, o muy mal, así que para adquirir los terrenos deciden constituir una sociedad, será esta empresa la encargada de comprar los terrenos, pagar los impuestos y la que se encargue de relacionarse con las administraciones públicas cuando ejecuten el plan urbanístico.
Así, si la inversión sale mal, la nueva empresa respondería con los terrenos dejando libre de responsabilidad a la empresa principal que seguirá creando piezas de acero.