La guía gratuita más completa para emprender.
Ofaro es un proyecto...
que nace de la (mala) experiencia de algunos emprendedores con prácticas que ya parecen habituales en el mundo startupil.
Su objetivo es, simplemente, que nadie más pase por algo similar.
Promovemos hacer las cosas bien y el conocimiento legal básico, para que cualquier persona interesada pueda hacer negocios con un mínimo apoyo y sabiendo lo que le espera.
Fácil, ¿no?
Así como no te echarías a la mar sin estar preparado, no deberías emprender sin conocer los riesgos a los que te vas a enfrentar.
Un buen capitán conoce la mar y sus peligros para poder sortearlos. Un buen emprendedor también.
Lee con atención este apartado, es la parte más importante de toda la web:
Jose Luis había estado comentando entre sus amigos esta idea fabulosa que le rondaba, consistía en una herramienta tecnológica que solucionaría un problema cierto, (llamémosle así para mantener su anonimato).
Luisa, amiga de Jose Luis, estaba convencidísima de que la idea triunfaría, tenía algo de dotes comerciales y poca vergüenza, así que convenció a José Luis para que se lanzaran a la piscina.
Nunca habían montado nada pero constituir una empresa en España no sería tan difícil ¿no?
Se dieron de bruces con este intrincado mapa burocrático, el primer punto de resistencia en su viaje hacia el éxito.
Pero no decaerían, simplemente era lo típico de enfrentarse a funcionarios cansados y ya estaría todo marchando sobre ruedas, Luisa se encargaría de tramitar la constitución de la sociedad limitada, porque Jose Luis estaría programando.
Después de que Jose Luis se dejara el dni en casa el día de la firma de los estatutos, Luisa empezó a hacerse listas con los documentos a llevar a cada sitio.
Cómo Jose Luis iba a ser el administrador único de la sociedad se dio de alta en la seguridad social.
Luisa, por su parte, se dio de alta en hacienda porque de cuando en cuando le pasaría una factura a la sociedad por los servicios prestados.
Como ya tenían claras las participaciones se reunieron a los pocos días con el amigo de un amigo de Jose Luis, sería el inversor perfecto, solo les pedía un contrato de unas cuantas paginas que parecía muy legal al leerlo por encima.
Firmaron sin dudarlo, le dieron al inversor unas cuantas participaciones a cambio del dinero, además, el inversor se haría cargo de gestionar el registro de la marca, se alegraron porque sería un gasto menos.
Con los estatutos, el contrato con el inversor y las altas dadas pensaron que estarían listos para trabajar.
Celebraron con un brindis que la landing estaba lista y circulando, ahora había que posicionarla y conseguir clientes.
Habían conseguido unos cuantos clientes, pero no los suficientes, nada de que preocuparse porque aún era aún muy pronto para tener resultados.
Lo que si les preocupó fue recibir una carta de Hacienda: En esta les decía que habían consultado los datos de la seguridad social y que, como Jose Luis estaba dado de alta como autónomo tendría que haberse dado de alta en el censo (modelo 036 o 037 según el caso) y les imponía una multa de unos 350€.
Al poco tiempo llegó una carta de la Seguridad Social para Luisa, la carta indicaba que habían cruzado datos con hacienda, y que el alta en el censo imponía la obligación de darse de alta en la seguridad social, por tanto, sería sancionada.
El primo de Luisa había tenido un caso parecido, así que le ofreció escribir el recurso de resposicion como se lo habían escrito a él y presentarlo a la Seguridad Social.
El recurso fue denegado, así que tuvieron que ir a un abogado para que les resolviera el problema con las administraciones públicas.
Pero la administración pública era solo uno de los problemas que tenían.
A Jose Luis le surgió una oferta laboral difícil de rechazar, le daba una cierta seguridad que le permitiría pagar los costes de los abogados y mantener a su familia, así que le comunicó a Luisa que abandonaba el proyecto.
Al fin y al cabo, no se habría metido en este embrollo si Luisa no le hubiese convencido.
Luisa no estaba muy de acuerdo con la marcha de jose Luis, en especial porque se quería llevar el software con él, sin el software no había negocio y no estaba dispuesta a quedarse sin proyecto.
Jose Luis y Luisa no habían firmado ningún contrato entre ellos, ni se había establecido que pasaba con la propiedad intelectual del software ni de las obras creadas, tampoco sabían que ocurriría con el trabajo realizado por cada uno de ellos.
¿Debía Jose Luis abandonar todo lo hecho?¿o debería Luisa pagarle todos los trabajos a José Luis?
No contentos con todo lo que tenían encima, las pérdidas eran tan graves al año que empezaron a contemplar la idea de echar el cierre.
Pero no se acaba allí, el inversor, al ser socio, también tenía algo que decir al respecto. Así que Luisa y José Luis empezaron las negociaciones y el inversor simplemente se limitó a nombrar el contrato firmado.
Jose Luis y Luisa acudieron a un abogado a consultar el contrato, tuvieron la desagradable sorpresa de descubrir que estaba plagado de cláusulas envenenadas.
Para final de año, lo habían perdido todo, y estaban tan endeudados que no podían ni comprar el más sencillo regalo de navidad.
Te estarás preguntando ahora porque esta es la parte más importante de toda la web.
La razón es muy sencilla:
Ahora que ya tienes conocimiento de todo lo que puede salir mal, vamos a ver cómo se tiene que hacer bien desde el principio y así evitar sorpresas desagradables.